martes, 26 de noviembre de 2013

La Violencia de Género es un problema político




Aparentemente toda la sociedad está concienciada en la necesidad de acabar con la violencia de Género y, cada 25 de Noviembre, desde todas las instituciones sin excepción se llevan a cabo diferentes actos en los que todos y todas, de diferentes colores políticos, recordamos a las víctimas e insistimos en la urgencia de terminar con esta lacra.

Aunque la realidad es que estos gestos por parte de las instituciones, aunque necesarios, son absolutamente insuficientes si no  se ahonda con ellos en la raíz del problema: la violencia de género no responde a un comportamiento asilado, sino que tiene su origen en las relaciones de poder que el sistema establece entre hombres y mujeres, es un acto cultural y aprendido y que, por tanto, puede ser evitado si entre todos y todas logramos acabar con la cultura patriarcal de la que está impregnada nuestra sociedad. Y el patriarcado no actúa solo, cuenta con la complicidad consciente o inconsciente de los poderes públicos.

Es imprescindible, por tanto, la identificación  del fondo del problema por parte del conjunto de la ciudadanía y esta es una tarea todavía pendiente. Además, son tiempos difíciles para hacer notar la responsabilidad social y política de esta lacra, ya que algunos aprovechan el contexto social actual, de desapego generalizado hacia la política y hacia quienes la ejercen, para extender el mensaje de que no hay que politizar ciertas cosas y esta consigna, tristemente, está calando.

¿Pero, cómo no situar en el debate político esta problemática? ¿Cómo no negarnos a que, por ejemplo, sustituyan de forma consciente el término Violencia de Género por el de violencia doméstica? ¿Cómo no denunciar públicamente que se comercialicen libros que atentan contra los derechos de las mujeres? Pues bien, desde ciertos sectores se nos dice que la terminología que utilicemos para referirnos a la violencia machista es lo de menos o que el asunto del famoso libro es una anécdota sin importancia. Qué casualidad que quienes hacen estos planteamientos sean los mismos que ejecutan cada día, políticas que oprimen a las mujeres. Que no politicemos, nos dicen mientras con sus políticas nos condenan.

Y es que el grado de ataque es alarmante: en sólo dos años el Presupuesto en materia de Igualdad ha sufrido un recorte de más del 45% y el destinado a prevenir la Violencia Machista, cerca de un 30%. Varias Comunidades Autónomas han eliminado la detección sanitaria de la Violencia de Género y los ayuntamientos van a dejar de tener competencias en este ámbito como consecuencia de la Reforma Local que el Partido Popular tiene intención de formalizar próximamente.

El panorama es desolador y, por lo tanto, tenemos la obligación de denunciarlo y combatirlo desde la política. Porque los recortes matan. Porque la Violencia de Género, que sufren más de un 10% de las mujeres en nuestro país y que deja decenas de muertes cada año, es un problema político que se puede erradicar.

Firmado por Carolina Cordero.
Concejala y portavoz  de IU-LV de Parla. 

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