lunes, 25 de noviembre de 2013

25 de Noviembre razones sobran para decir basta.

Durante toda la semana vamos a publicar artículos escritos por compañeras/os en favor de la erradicación de la violencia machista, para abrir este bloque tenemos el honor de contar con un artículo escrito por Ascensión de las Heras, diputada de Izquierda Unida por Madrid en el Congreso de los Diputados/as.

25 DE NOVIEMBRE.

La conmemoración del día contra la violencia de género se ha convertido en los últimos años en la cita obligada para manifestar desde todos los ámbitos, ya sean institucionales, políticos o sociales, el rechazo prácticamente unánime hacia la violencia que se ejerce contra las mujeres por el simple hecho de serlo.  
Pero esto de conmemorar y señalar un día para visibilizar un problema social de esta magnitud, siendo absolutamente necesario, se tercia claramente insuficiente ante la lacra de violencia machista que estamos sufriendo de manera trágica en nuestro país. Y requiere políticas contundentes y decididas, capaces de comprometer e implicar a todas las instituciones y a la sociedad para que ni una ni otras se conviertan en cómplices de la barbarie. 
Y aquí es cuando la verdadera intención de abordar o no  el problema se hace evidente.  ¿Qué está haciendo entonces el PP y el Gobierno para combatir la violencia de género? Porque parece claro que las improvisaciones y declaración de intenciones no sirven por sí solas para atajar esta lacra social. La implementación de medidas aisladas, por muchas que sean, sin dotación presupuestaria tampoco puede considerarse suficiente para erradicar el machismo que impone su terror y que se ha cobrado la vida de 700 mujeres en los últimos 10 años. Tendremos que tener en cuenta también que los efectos de los recortes en los programas de Igualdad entre hombres y mujeres y en la lucha contra violencia de género que está llevando a cabo el Gobierno están dando ya, por desgracia, nefastos resultados. Y sobre esto, todas las voces expertas hacen una lectura muy preocupante de la reducción del número de denuncias y apuntan a la situación de indefensión, miedo e inseguridad que puede generarse al enfrentarse a la separación o divorcio del maltratador.
Pero no podemos obviar que esta situación de vulnerabilidad de las mujeres está íntimamente ligada también a los recortes en educación, sanidad, servicios sociales,  dependencia y la reforma laboral que ha permitido los despidos en el sector público (muy feminizado), y en la precarización y aumento de la pobreza de las familias en nuestro país. La violencia económica con este escenario social se hace evidente, obligando a las mujeres a seguir conviviendo en una situación desesperada con su maltratador.
Por tanto, podemos afirmar que los datos apuntan a que las dificultades económicas que están sufriendo las mujeres ante esta situación de recortes de derechos básicos están propiciando que aumente el número de mujeres que no denuncian por malos tratos, y también las retiradas de las denuncias que se hacen.
De poco servirán, y poco podremos creer entonces, las declaraciones de intenciones de este Gobierno en contra de la violencia de género. En este sentido podemos valorar con una perspectiva de género otras contrarreformas que se han llevado a cabo, como la que está a punto de culminar su trámite parlamentario y que modificará por completo la Administración local, tal y como hasta ahora la hemos conocido, que eliminará la posibilidad de atender a las mujeres víctimas de violencia machista desde los ayuntamientos como administración más cercana. Otro ejemplo a tener en cuenta es la repercusión contraria a la igualdad que tendrá la implantación de la LOMCE, que permitirá las subvenciones públicas a colegios que segregan por sexos e impone la religión católica como asignatura evaluable, apostando por los valores patriarcales y sexistas que defiende. Por no hablar de la anunciada reforma de la ley de salud sexual y reproductiva e IVE, con la que pretenden tutelar nuestros cuerpos y robarnos el derecho a decidir sobre nuestra maternidad.
El resultado de la suma de despropósitos supone un retroceso en igualdad entre hombres y mujeres que nos sitúa en tiempos que, tras muchos años de luchas feministas, creíamos superados; y los responsables tienen nombres y apellidos y están gobernando.
Hoy más que nunca debemos por tanto manifestar de forma clara y meridiana que las desigualdades de género forman parte de las desigualdades sociales que se imponen mediante políticas neoliberales y son defendidas, desarrolladas y proclamadas por el PP en el Gobierno.  
Luchar por la igualdad, por tanto, es luchar contra la violencia de género. Y esto es algo que, sin género de dudas, tenemos que seguir haciendo hoy con mayor compromiso y beligerancia todas las mujeres y hombres que nos sabemos feministas.

Firmado por Ascensión de las Heras.
Diputada por Madrid de IU en el Congreso de los Diputados/as.



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